Las cláusulas del seguro de vida son un elemento importante, y hay que tenerlas muy en cuenta a la hora de contratar un seguro de vida.
Las liquidaciones del seguro de vida se refieren a la cantidad de dinero que su beneficiario recibe después de su muerte. La compañía de seguros de vida paga el capital que usted hubiese contratado a la hora de suscribir la póliza y siempre y cuando la misma esté al corriente de pago, con todas las primas satisfechas. Las liquidaciones del seguro de vida suelen pagarse sólo después de su muerte, aunque bien es cierto que la mayoría de las veces que se contrata un seguro de este tipo, se suele incluir la invlidez absoluta y permanente, que en el caso que tuviese el tomador la desgracia que le fuera declarada, el capital asegurado no se destinaría a los beneficiarios asignados, sino al propio tomador del seguro siempre y cuando así se hubiera reflejado en la póliza. Por defecto las Compañías lo suelen hacer así, aunque está también la opción de designar otros beneficiarios diferentes al tomador en la cláusula de invalidez.
La duración del seguro de vida se puede concretar a fecha determinada, aunque lo normal es contratarlo temporal renovable año tras año. Cosa diferente son los llamados seguros de vida de amortización, que son los que van adheridos a un préstamo hipotecario y tiene desigando como beneficiario a la entidad financiera con quien se suscribió el préstamo. Para este tipo de seguro, las entidades bancarias suelen incluirlo a la hora de conceder la hipoteca, pero no es una obligación por su parte hacerlo con el banco, usted puede llevar su seguro de amortización a la entidad financiera con quien usted quiera, como así dictaminó mediante Directiva la Unión Europea, puesto que se consideró por parte del banco como una cláusula abusiva para con el cliente. Los seguros de vida de las entidades financieras suelen resultar más costosos que los de una Compañía de seguros. Y desde luego, lo ecomendable es contratarlo año tras año, porque se puede usted permitir «el lujo» de ir cambiando la póliza a la entidad que usted desee, sin estar atado con el banco en lo que al seguro de amortización se refiere.
Hay que tener muy en cuenta hasta cuándo nos va a garantizar la Compañía que hayamos elegido la cobertura tanto por fallecimiento como por invalidez. Normalmente las Compañías otorgan estas garantías entre los 65 y 70 años, pero pueden diferir unas sobre otras. Esto es muy importante a tenerlo en cuenta cuando esté buscando un seguro de vida.
Dentro de los seguros de vida están también incluidos los llamados planes de ahorro y planes de pensiones, pero estos los trataremos con mayor profundidad en otros capítulos del blog.
Hay que diferenciar este seguro del seguro de decesos, la póliza proporciona tranquilidad a las personas que no quieren cargar a sus familias con el coste de los gastos funerarios. El seguro de vida es una contraprestación económica para el beneficiario designado por el tomador, mientras que el seguro de decesos en un servicio que presta la funeraria y es costeado por la Compañía de seguros en la que se tiene la póliza.
Normalmente se requiere un cuestionario de salud y dependiendo del capital asegurado y la edad del tomador, se requiere examen médico. El resultado de este examen determina el costo del seguro. Puede ser que incluso la Compañía no quiera asegurar a la persona en cuestión por los antecedentes clínicos que pudiera llegar a tener, o, en el caso de asegurar, incrementar el coste de la prima del seguro.
Para finalizar, el seguro de vida es una figura que los cabezas de fmilia o princpal fuente de ingresos de la misma suelen contratar para que, en el caso de fallecer, que la situación económica familiar no se vea bruscamente trastornada en lo que dinero se refiere. Bastante desgracia y dolor se pasa ya a la hora de perder por ejemplo a una madre o a un padre, y si además resulta que era la principal fuente de ingresos, el dolor es doble.