Anais Gómez
Última actualización: 12 Febrero 2020

Gracias a mi Seguro de Mascotas mi querido perro se salvó.

Me siento afortunada por haberle hecho caso a mi primo.

Me llamo Anais y tengo un Golden Retriever que es como mi hijo.

Su nombre es Ron y actualmente tiene 10 años de edad. Hace como 3 años atrás sufrió un accidente que casi le cuesta la vida, por la culpa de un conductor distraído y por parte mía. Si no fuera gracias a un seguro para mascotas que había contratado meses atrás creo que Ron no estaría moviendo su cola en este momento.

Y es por eso que cuento esta historia, para que todas las personas que tienen una mascota en el hogar los aseguren ya que uno nunca sabe que pueda pasar.

Un perro inquieto y vital

Cada viernes por la tarde después de salir de mi trabajo me acostumbré a pasear a Ron por un parque que está cerca de mi domicilio. Esto lo hacía porque precisamente ese día de la semana había más afluencia de personas con sus mascotas y me encantaba ver a Ron jugar con otros perros.

No saben lo importante que es para un can jugar hasta el cansancio, especialmente para mi Golden Retriever que se pasa la mayor parte del día «encerrado», ya que vivimos en un piso y no en un chalet con jardín.

Así que, imagínate para un perro de raza mediana como Ron, estar la mayor parte del día entre 4 paredes sin poder correr de un lado para otro. Ya me ha destruido varios zapatos, un par de cojines del sofá y ha mordisqueado casi todas las patas de varias sillas. De verdad es todo un personaje, pero aún así lo amo.

Un viernes que nunca olvidaré

Casualmente un viernes de regreso del parque, íbamos de camino a mi piso recordé que tenía que comprar algo para la cena, así que decidí pasar por un supermercado que nos caía de camino. Generalmente eso lo hago sola por la naturaleza súper inquieta de Ron, pero como lo vi tranquilo decidí que me acompañara por esta vez.

Al llegar al establecimiento, até rápidamente a Ron a un poste mientras iba a comprar. El se me quedo mirando tan solo unos segundos y luego se tumbó en el suelo. Sinceramente eso me dio un aire de tranquilidad. No habían pasado ni 5 minutos cuando escuché un aullido de dolor.

Cuando salgo a ver qué ocurría, vi que Ron no estaba donde lo dejé, así que giré en todas partes buscándolo asustada. De repente un señor me dice que a la vuelta de la esquina acababan de atropellar a un perrito dorado.  Mi corazón se detuvo, creo que me quedé paralizada por unos segundos, hasta que reaccioné y corrí al sitio, pidiéndole a Dios que no fuera mi perro.

Pero para mi desgracia si era Ron al que habían atropellado, lo vi tirado en el asfalto, respirando con dificultad y sangrando. No sabía qué hacer, lo trataba de levantar pero cada vez que lo tocaba despedía un fuerte alarido de dolor. Entonces me acordé que hace un año un primo me había recomendado contratar un seguro mascota.

Yo le decía que eso era una real perdida de dinero, pero irónicamente aunque no lo crean accedí a tener una póliza para animales. Y no saben cuánto le agradezco a mi primo que insistiera con el tema.

Así que en mi bolso rápidamente busque la tarjeta de contacto de la compañía de Seguros y de mi Correduría, llamé e inmediatamente me ayudaron con lo que tenía que hacer y cómo hacer uso de la asistencia veterinaria del seguro de Ron.

Al llegar a la clínica de animales, inmediatamente Ron fue ingresado de emergencia motivado por la gravedad de sus heridas. Tuve que esperar más o menos una hora y media para saber el estado de mi perro, sinceramente esperaba lo peor.

Por suerte me equivoqué. El veterinario salió y me informó que Ron se iba a salvar, pero que su recuperación iba a ser lenta.

Recuperación

El atropello le produjo fractura de dos costillas que casi le perforan un pulmón, fractura de la pata trasera izquierda y algunas laceraciones en el torso. Y aquí el seguro mascota cubrió con los gastos de la intervención quirúrgica, pero no sabía si el postoperatorio también.

Y lo menciono, por la dimensión de las heridas, ya que el veterinario ordenó que Ron se quedara en recuperación durante una semana. Cuando lo dijo yo estaba que comía las uñas, no sabía cómo iba a pagar el resto de los gastos de hospitalización.

Hasta que el personal administrativo me dijo que mi seguro de mascota también incluye los gastos por hospedaje del animal y eso de verdad fue un gran respiro. Pasó la semana y Ron ya pudo ser dado de alta para poder llevármelo a la casa, tardó casi dos meses para quitarle el yeso de su patica y que poco a poco volviera a correr.

Responsabilidad de parte y parte

Ya más calmada y agradecida por haber tenido un Seguro mascota me puse a investigar qué realmente pasó ese día. Averigüé que la persona que lo atropelló fue un chico que se encontraba distraído con el móvil mientras conducía y al ver al perro que le salió de repente no le dio tiempo de frenar.

Pero lo que me molesta es que al verlo moribundo en vez de ayudarlo solo huyó y nadie anotó el número la matrícula ni lo detuvo, en pocas palabras se lavó las manos del incidente.  Pero debo reconocer que la culpa también fue mía ya que yo no amarré a Ron apropiadamente al poste, o de haberlo llevado a la casa antes de ir hacer mis compras.

Por suerte la compañía de Seguro me pagó los gastos y chequeos médicos que aquel conductor irresponsable jamás reconoció. Y hoy por hoy tengo a mi Ron conmigo, mi fiel amigo.

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Aprovecha esta fantástica oportunidad de sentirte segura y tranquila. Me siento afortunada y agradecida por la ayuda que me prestó mi compañía de seguros, y del servicio y asesoría de mi Correduría de Seguros. SeguroPUNTO le salvó la vida a mi perro.

 

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